El artículo «La ‘nueva’ torre del puerto de Málaga: el debate de más altura» se centra en el controvertido proyecto de construir un rascacielos en el puerto de Málaga, que ha generado divisiones entre diferentes sectores de la sociedad. Este rascacielos, promovido por inversores cataríes, albergaría un hotel de lujo y un casino. Quienes apoyan el proyecto, como el alcalde Francisco de la Torre, argumentan que la torre podría tener beneficios económicos y turísticos para la ciudad, comparando su impacto con desarrollos previos, como el barrio de La Malagueta.
Sin embargo, la oposición es significativa, con críticas desde diferentes ámbitos, entre ellos el Colegio de Arquitectos de Málaga y diversas asociaciones culturales y medioambientales. Los detractores del proyecto destacan el impacto negativo sobre el paisaje urbano y la pérdida de identidad cultural, especialmente en relación a la Farola, un hito icónico de la ciudad. También se menciona que la torre podría alterar la relación visual con otros monumentos históricos, como la Catedral y el Castillo de Gibralfaro, creando un desequilibrio en el horizonte urbano.
Además, organismos internacionales como ICOMOS, un asesor de la UNESCO, han expresado preocupaciones sobre el impacto irreversible que la torre tendría en el puerto de Málaga y su patrimonio cultural. Estas críticas se comparan con casos como el de Liverpool, que perdió su estatus de Patrimonio Mundial por desarrollar proyectos contemporáneos en su área portuaria, afectando su valor patrimonial.
En resumen, el proyecto sigue generando un acalorado debate en Málaga, entre quienes ven en la torre una oportunidad de modernización y quienes la consideran una amenaza para la identidad histórica y paisajística de la ciudad.