El estilo de este hogar es una cálida y acogedora fusión ecléctica, donde se entrelazan con acierto elementos del estilo rústico-moderno, toques mediterráneos y detalles contemporáneos. El resultado es un espacio con mucha personalidad, luminoso y vibrante.

La base del diseño es rústica-moderna, visible en la omnipresencia de la madera natural, tanto en el suelo como en las robustas mesas de comedor y las encimeras de la cocina. Los muebles de la cocina, de estilo shaker en color blanco, y las sillas con respaldo en aspa son un guiño al estilo «farmhouse» o de casa de campo, aportando un aire familiar y atemporal.

Sobre esta base se superponen claros acentos mediterráneos. El más evidente es el vibrante salpicadero de azulejos con patrones geométricos en tonos azules y blancos en la cocina, un elemento que evoca las costas de Grecia o Italia y se convierte en un punto focal lleno de encanto. Este uso audaz del color se repite en el salón con los sillones de terciopelo azul intenso, que añaden un toque de sofisticación.

El baño rompe con la serenidad para hacer una declaración de estilo audaz y contemporánea. La pared de la ducha, revestida con un llamativo papel pintado floral de gran formato, crea un efecto espectacular y artístico. Este atrevimiento se equilibra con la elegancia de la grifería y perfilería en tonos dorados o latón, y el moderno mueble de madera acanalada, demostrando una cuidada atención a las tendencias actuales.

La iluminación, con lámparas colgantes de diseño que mezclan metal y materiales naturales, junto con la abundante luz que entra por el balcón, completan un ambiente que se siente vivido, alegre y cuidadosamente diseñado para el confort, logrando un equilibrio perfecto entre lo tradicional y lo moderno.