En este bonito apartamento se puede ver una sofisticada fusión de Japandi y diseño contemporáneo con acentos boho-cálidos. La base del diseño es claramente Japandi, una mezcla entre la simplicidad funcional escandinava y la elegancia rústica japonesa. Esto se manifiesta en la paleta de colores neutros, donde predominan los blancos y beiges, creando un lienzo luminoso y sereno que se ve enriquecido con la calidez de la madera en tonos naturales y medios, presente en el mobiliario, la mesa de comedor y los armarios de la cocina.

Un elemento clave que define el espacio es el protagonismo de las texturas. Las paredes no son simplemente lisas; se utilizan paneles acanalados verticales y revestimientos con relieve sutil (como el de la zona del televisor) para añadir profundidad, ritmo y un interés táctil que eleva el minimalismo del conjunto. Este juego de texturas se complementa con el sofá de cuero en un cálido tono coñac, que actúa como punto focal y aporta una sensación de confort y robustez.

Los acentos boho-chic se introducen a través de las lámparas colgantes de fibras naturales como el ratán. Estas piezas esculturales no solo iluminan, sino que también actúan como elementos decorativos clave, aportando un toque artesanal y orgánico que rompe con la rectitud de las líneas modernas. La presencia de plantas de interior y láminas con motivos botánicos refuerza esta conexión con la naturaleza.

En el baño, se mantiene la coherencia estilística con el uso de madera, lavabos de piedra natural y perfiles negros en la mampara y la grifería, un recurso muy actual que aporta un contraste gráfico y moderno. El resultado es un hogar equilibrado, que se siente a la vez depurado y sumamente acogedor, donde cada material y textura ha sido cuidadosamente seleccionado para crear una atmósfera de calma y elegancia contemporánea.